| Pareció querer dejar bien en claro que "a mí no me manda nadie, yo me comando solo''. Esa fue, indudablemente, la intención del Lole Reutemann al enviarle, el viernes pasado, una carta al apoderado del PJ, César Arias, en la que anunciaba su intención de disputar en la interna peronista y solicitaba la inclusión de dos de sus hombres en la conformación de la junta electoral partidaria. La mención no es menor ya que al día siguiente, el sábado 13, Reutemann casi desmintió el anuncio del presidente Carlos Menem sobre su participación en la interna. Ahora quedó entendido que el ex gobernador santafesino quería manejar su propio tiempo político y hacer el anuncio de su intención de candidatearse cuando lo considerara conveniente. Símbolos Estaba todo previsto para que al término de la entrevista entre los miembros de la fórmula presidencial de la Alianza con la cúpula de la Unión Industrial Argentina, se realizara una conferencia de prensa conjunta. Todo estaba previsto menos las cuestiones decorativas. Primero, los organizadores aliancistas se percataron de que en las paredes de la sala de conferencias de la Casa del Frente, donde se realizó el encuentro, permanecían instalados los escudos y el cartel del Frepaso. Tuvieron que retrasar el encuentro con los periodistas, quitar los símbolos frepasistas y colocar un cartel que decía "Alianza'', con el logo de la coalición. Se iban a sentar cuando se produjo un segundo imprevisto. Sucedió que los industriales, con Alberto Alvarez Gaiani a la cabeza, se negaron a aparecer ante las cámaras de TV con ese cartel a sus espaldas. Conclusión: todo el mundo a la vereda y en la calle, que es de todos, se sometieron al interrogatorio periodístico, evitando malentendidos. Como con los divos del espectáculo, ¡cuánto lío por una mera cuestión de cartel! Tironeo La proximidad de la fecha de las internas que definirán la candidatura presidencial del justicialismo aceleraron las diferencias en los diversos sectores políticos del oficialismo. Entre los seguidores de la propuesta de Ramón Ortega, comenzaron a singularizarse dos grupos bien diferenciados. Por un lado, los colaboradores más estrechos, entre los que se nombra a Pablo Fondevilla y Aldo Ducler que, según cuentan los contrarios, "no lo dejan ni a sol ni a sombra'' y, en el otro rincón, los legisladores Mario Das Neves, Jorge Yoma y Daniel Scioli, que aportan votos al cantautor tucumano. En medio del tironeo, Ortega intenta conformar a todos, tarea nada fácil de lograr sin que la sangre llegue al río. Percibida María Luisa Riva Aramayo, cada vez que ingresa a los tribunales federales de Comodoro Py, donde tiene su sede la Cámara Federal, de la que forma parte, intenta escurrirse, evitando el contacto con la jauría de periodistas que pueblan las veredas de tribunales. A la camarista le disgustan las entrevistas a cielo abierto. Pero la estrategia para lograr elbajo perfil de la jueza es endeble. Ayer llegó luciendo un fino trajecito color verde loro -que fue divisado hasta por los taxistas que esperan viaje en Retiro-, zapatos y cartera de color mostaza y una joya que refulgía al sol de febrero. Tanta elegancia no pudo pasar inadvertida. Quilombófila La iraní Nasrim Mokhtari parece tener una fábrica de escándalos y desaguisados para uso personal y exclusivo. Solamente en esta semana al declarar por la presunta adulteración de su pasaporte, acusó a un funcionario y lo insultó en público. Luego anunció que está de novia con "un hombre que profesa la religión judía'', pero no recordó el nombre de su festejante. Y ayer, como si fuera poco, la echaron del hotel de Constitución donde se alojaba, por falta de pago. Claro que en el tema de su permanencia en el país hay mucha tela para cortar. Equívoco Un hombre llama por teléfono: -¿Con quién hablo? -Con la zapatería. -Perdón, pero me equivoqué de número. -No se preocupe. Tráigalos que se los cambiamos. | ||